viernes, 30 de julio de 2010
jueves, 29 de julio de 2010
lunes, 26 de julio de 2010
Del cielo al infierno
Vida y muerte
Energía y paz
Si hoy me detengo
aun así valió la pena
Hasta los terribles errores que cometí
Y hubiese corregido si hoy pudiera
Los dolores que me quemaron
y dejaron cicatrices en mi alma.
Valió la pena por permitirme caminar por donde camine.
Que fue el infierno en la tierra
El cielo en la tierra.
De vuelta , adentro,debajo, apartado...
A través, en él, sobre él...
Gia (1960-1986)
domingo, 25 de julio de 2010
Hotel Cuore
Recuerdo de ayer al mirar el hotel Cuore desde el tráfico de Tlalpan. Corazones iluminados en rojo bajo la oscuridad y la ténue luz de la Luna. ¿Será así su ritmo? ¿El de cada habitación?...
viernes, 23 de julio de 2010
De antes de despertar
Párpados rojos sanguinolentos. Fluyen lágrimas carmín de sus ojos, se escapan los sonidos como riachuelos teñidos de sangre por sus oidos. Estoy asustada, triste, preocupada. Mi madre me ignora, lo ignora. Mi padre se monta en la bicicleta y se va escurriendo el rojo por los poros. Vuelve...
martes, 20 de julio de 2010
martes, 13 de julio de 2010
Atemporal
¿Sabes? Hoy, al recordarte, lloré por la mañana mientras tomaba el café. A dice que debo superarlo que esa a quien recuerdo ya no eres tú, que hace mucho que cambiaste y lo sé y no sé por qué me cuesta tanto aceptarlo. Llevas más de un año lejos de esta ciudad, de este país, pero en realidad es más y mis intentos por tu permanencia han sido vanos. Los recuerdos no se esfuman como el humo de este cigarro y el cariño tampoco. Tal vez mi corazón es tan pequeñito, de pollo como dice mi papá, pía y exagera, pía, pía, pía… No me enojo pío. Te acuerdas cuando me decías “enójate conmigo” y yo sólo no podía, aún no lo logro. Quizás sea tiempo de dejar esos recuerdos bonitos de infancia y adolescencia y seguir, dejar de querer mantener lo impermanente. Es que yo sigo siendo yo, eso creo, la mismita con algunas variantes, pero yo. Eso debe ser. Tomo tan en serio ciertas palabras y asumo compromisos gustosos sin consultarlos y entre tanto asumir no me importa si son líneas paralelas o perpendiculares. Ya no puedo seguir asumiendo lo inasumible, lo que ha terminado. Y esto no tiene nada que ver con mi terapeuta, sino con la ilusión de que lo perdido vuelva y perdure. A veces olvido que hemos crecido y que ya no hay juegos de zapatitos cruzados para después preguntarle a las tías de quién son los pies, las risas en la madrugada, las uñitas y las cartitas de cumpleaños… Eso siempre estará en un cajoncito de mi corazón, pero las añoranzas, los quizás, deben terminar porque lastiman mucho.
domingo, 11 de julio de 2010
Brevedades
Si mi pensar hablara como no lo hacen las flores secas, como estos rayos de sol filtrados por la ventana, como la lluvia que se aproxima de nuevo. ¿Lo reconocería? ¿Diría todo? ¿A quién? ¿A ti, a mí? ¿Se rompería algo? ¿Se acabaría todo? Mejor no pensar en la lengua larga del pensar.
La tía Euge dice que Tin tan antes de ser él (Tin tan) era novio de la muchacha que ayudaba en casa de los abuelos. Pasaban al kinder por ella y él decía: “súbase mi ricitos de oro (a la bicicleta)”. Y si no era Tin tan quién era. Claro que ya era.
Si me pidieran que dijese algo de cinco de mis “cosas” favoritas diría –podría ser-: de las orquídeas me gusta su extraña figura, digamos, un tanto animal, casi puedo mirarlas caminar, sacudirse el agua fría de lluvia de las tardes grises, melancólicas, susurradas, desfragmentadas sobre el paraguas azul-Chopan tuberculoso, álgido, pálido y cubierto de piedras de colores; lapislázuli en dije pendiente de los alambres, aristas, garras de gato desgarrando a la Luna.
La tía Euge dice que Tin tan antes de ser él (Tin tan) era novio de la muchacha que ayudaba en casa de los abuelos. Pasaban al kinder por ella y él decía: “súbase mi ricitos de oro (a la bicicleta)”. Y si no era Tin tan quién era. Claro que ya era.
Si me pidieran que dijese algo de cinco de mis “cosas” favoritas diría –podría ser-: de las orquídeas me gusta su extraña figura, digamos, un tanto animal, casi puedo mirarlas caminar, sacudirse el agua fría de lluvia de las tardes grises, melancólicas, susurradas, desfragmentadas sobre el paraguas azul-Chopan tuberculoso, álgido, pálido y cubierto de piedras de colores; lapislázuli en dije pendiente de los alambres, aristas, garras de gato desgarrando a la Luna.
viernes, 2 de julio de 2010
Ausencia
Esta semana tuve grabado el blanco. Una camisa que quería ser sábana para cubrir tus ojitos, pendiendo de una manita que todavía miro y aprieto. Otros ojitos que miraban escurrir las lágrimas del bisabuelo... Sé que en tu vida hubo muchos colores más allá del blanco teñido de carmín del final; más allá del gris y del blue. Me gustaría tanto que me dijerás que sí, que a veces eras amarillo, púrpura, verde o rosado. Ella te quiere tanto aún..., aún llora por ti y también sonríe por ti, y yo también te quiero aunque no te haya conocido. ¿Que dónde estás...? Con seguridad puedo decirte que en mi memoria. ¡Qué tengas el fin de semana más bonito y feliz!
Ciudad
Ruiseñor, Lluvia, Lava… Son algunas de las calles que paso cuando voy camino al trabajo, y en el trayecto pienso en las características que cada una debería tener e imagino en cuál de ellas me gustaría vivir. Supongo que mis estados de ánimo no me permitirían habitar siempre una. Cómo ser siempre ruiseñor, cómo ser siempre lluvia, cómo ser siempre lava. Claro, dejaría de ser yo, de ser mí, de ser. Los caminos te permiten pensar, mirar, sentir…, pero parece que en las ciudades, en ésta, lo podemos olvidar tan fácil. Ensimismarse, enajenarse, descorazonarse.
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