26/febrero/2001
Como un sortilegio tras la media noche en medio de un zigzagueo luminoso y pueril. Cercanía perversa con voces que no explican mi existencia y la suya. La ceguera aparece con la tinta violeta y la mirada se viste de luto al igual que las entrañas. Insomnio continuo. La oscuridad cautiva se desborda en un instante. Brota la incertidumbre por tu pensamiento, tus palabras significaron ausencia. Olvidaste el cariño y la claridad. Una turbiedad punzante y enferma. Duele el alma al pensar que mi mentira sea real. Y el gato desliza sus garras en la puerta, el temor a encontrar a su sombra despedazada lo detiene, su cuerpecillo de carbón decide clavar su mirada en la ventana y esperar. Espero como él detrás del cristal, como un móvil estático que sufre en el vacío.
jueves, 17 de diciembre de 2009
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