sábado, 12 de marzo de 2011

A mitad

Acostumbrarse a la tristeza no es cosa fácil, no como al sonido de los autos al cruzar la calle o al día y la noche. Lo sé cuando miro sus caras en el Metro o los topo por alguna calle y a veces... Y luego... Y ahora caigo en la cuenta de que tengo puesto el mandil amarillo desde hace una hora y sigo sentada aquí y los platos sucios esperan. Es sábado al medio día y sigue el tic-tac...

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